¿Alguna vez te sentiste un punto en movimiento?...
A menudo, solemos cometer el error de no mirar más allá de nuestras propias narices; pero un día volviendo desde Capital Federal (donde estoy 5 días a la semana, por más de diez horas) hacia provincia, comencé a imaginarme todas las personas que diariamente se movilizan de aquí para allá... entran y salen de Capital como autómatas, que cumplen rigurosamente un horario, pagan el paso por la autopista y entran, para luego salir... Entonces por un instante traté de imaginarme como se ven todos estos movimientos que realizamos, desde lo superior, el cielo, el espacio o como quieras llamarle... y tuve la impresión de ser un punto que se movía dentro de un inmenso mapa...
Este pensamiento, se lo comenté al “Publicitario” y en aquel momento no entendió mi sensación; pero en el último viaje que realizamos lo pudo sentir... Un punto saliendo de Capital Federal, pasando por Buenos Aires, Córdoba, para finalmente despertar en San Luis... La sensación es muy rara pero excitante a la vez. De repente, te encontrás con hermosas sierras adornando la vista de la ventana del hotel...
Y es aun más extraña si el viaje lo realizas en avión... en unas horas te despertas en el medio de la montaña, a orillas del mar, o con el calor de la Quebrada de Humahuaca...
Creo que lo magnifico de todo esto es tomar noción de que somos libres de movernos, que movernos nos hace descubrir, conocer, sentir, experimentar nos abre la cabeza, los pensamientos... las ideas se ponen en movimiento...
Obviamente que la sensación de ser un puntito, es mejor si esos movimientos son producto de un viaje de placer... No es lo mismo que sentirte un insignificante punto yendo a trabajar, cumpliendo ocho horas frente a la computadora.
[Recién ahora, escribiendo, me doy cuenta de la influencia que tiene en esta sensación mis lecturas en la playa, hace ya muchos años, de Mafalda... para quienes tuvieron la suerte de leerla: ¿se acuerdan cuando se empieza a imaginar un punto por cada chino que existe?]
También me di cuenta de todos los rincones que tenemos en este país y no conocemos... muchas veces la miopía nos hace asociar “verano – playa en Pinamar, Mar del plata”; costumbre que no tiene nada malo, pero tampoco debemos olvidar esa inmensidad de lindos paisajes, gente con otras costumbres, lugares mágicos que están esperando ser vivimos, allá afuera...más allá de la realidad que vivimos todos los días, esa que algunos llaman “rutina”.
Lo mejor que nos puede pasar es darnos cuenta que podemos romperla...
A menudo, solemos cometer el error de no mirar más allá de nuestras propias narices; pero un día volviendo desde Capital Federal (donde estoy 5 días a la semana, por más de diez horas) hacia provincia, comencé a imaginarme todas las personas que diariamente se movilizan de aquí para allá... entran y salen de Capital como autómatas, que cumplen rigurosamente un horario, pagan el paso por la autopista y entran, para luego salir... Entonces por un instante traté de imaginarme como se ven todos estos movimientos que realizamos, desde lo superior, el cielo, el espacio o como quieras llamarle... y tuve la impresión de ser un punto que se movía dentro de un inmenso mapa...
Este pensamiento, se lo comenté al “Publicitario” y en aquel momento no entendió mi sensación; pero en el último viaje que realizamos lo pudo sentir... Un punto saliendo de Capital Federal, pasando por Buenos Aires, Córdoba, para finalmente despertar en San Luis... La sensación es muy rara pero excitante a la vez. De repente, te encontrás con hermosas sierras adornando la vista de la ventana del hotel...
Y es aun más extraña si el viaje lo realizas en avión... en unas horas te despertas en el medio de la montaña, a orillas del mar, o con el calor de la Quebrada de Humahuaca...
Creo que lo magnifico de todo esto es tomar noción de que somos libres de movernos, que movernos nos hace descubrir, conocer, sentir, experimentar nos abre la cabeza, los pensamientos... las ideas se ponen en movimiento...
Obviamente que la sensación de ser un puntito, es mejor si esos movimientos son producto de un viaje de placer... No es lo mismo que sentirte un insignificante punto yendo a trabajar, cumpliendo ocho horas frente a la computadora.
[Recién ahora, escribiendo, me doy cuenta de la influencia que tiene en esta sensación mis lecturas en la playa, hace ya muchos años, de Mafalda... para quienes tuvieron la suerte de leerla: ¿se acuerdan cuando se empieza a imaginar un punto por cada chino que existe?]
También me di cuenta de todos los rincones que tenemos en este país y no conocemos... muchas veces la miopía nos hace asociar “verano – playa en Pinamar, Mar del plata”; costumbre que no tiene nada malo, pero tampoco debemos olvidar esa inmensidad de lindos paisajes, gente con otras costumbres, lugares mágicos que están esperando ser vivimos, allá afuera...más allá de la realidad que vivimos todos los días, esa que algunos llaman “rutina”.
Lo mejor que nos puede pasar es darnos cuenta que podemos romperla...
3 comentarios:
Me encanto esta ultima reflexion, y queria decirte que estoy de acuerdo contigo. Pienso que cuando rompemos ese miedo de vivir nuestra propia libertad y salirnos de lo cotidiano, nos damos cuenta de que somos uno de esos millones de puntitos y que solo en nosotros mismos esta la desicion de aprovechar la vida al maximo.
Romper la rutina me parece importantisimo. Los seres humanos necesitamos un equilibrio en nuestras vidas y estoy segura de que a cada uno le llega el *momento* en que hacer lo que se siente se convierte en la prioridad.
La vida es ahora como el slogan de Visa, jajaja, y no debemos esperar un manana para hacer lo que nos apasiona. El mundo esta a nuestros pies hecho para que lo vivamos y disfrutemos.
Por otro lado y para terminar, estoy de acuerdo tambien con que viajar y recorrer caminos nos abre la mente y nos pone en movimiento las ideas, logrando que miremos mas alla de nuestras narices y descubramos que existe en nuestro mundo, algo que jamas imaginamos conocer.
Lo importante, es darse cuenta constantemente de nuestra existencia, de que somos parte de un todo, de que la libertad verdadera, esa que nos hace libres, valga la redundancia, esta en nuestro pensamiento, estoy de acuerdo que conocer te habre la cabeza, pero podes ser libre absolutamente incluso en una habitacion de 4 x 4.
Coincido en parte con lo que decis de la habitación 4x4, pero yo considero que el conocimiento de la realidad, en primera instancia, entra por los sentidos (todos, los cinco) y viajar, conocer y descubrir es lo que más nos conecta con esas nuevas realidades que entran en nuestra cabeza...
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